Michelle «MJ» Boyle fue obligada a pagar 1.300 euros al mes para alquilar un pequeño apartamento en Sherwood, Oregón.
Como el alquiler era alto y su salario bajo, nunca iba a construir una casa. Todo lo que ella ganaba de su trabajo en una cafetería era para pagar el alquiler y la comida.
Pero, ¿qué podría hacer? No encontraba una casa más barata y no podía quedarse en la calle con los niños.
Cuando sus hijos crecieron y dejaron el nido, la situación cambió. Fue cuando Michelle decidió que era hora de cambiar su vida.
Con las pequeñas economías que consiguió guardar, comenzó a construir su propia casa. Este cambio no sólo reduciría sus gastos mensuales a más de la mitad, pero también permitiría que empezara a ahorrar para su reforma.